sábado, 25 de mayo de 2013

EL SILENCIO DE LOS CABALLEROS

Por: Kristina Velfu 

No son poco comunes los hombres que sufren en silencio.
Víctimas de un monstruo femenino que exige sin dar, que cela, que ignora y que humilla.

Alguna vez fueron novios melosos, pero los años han convertido a la princesa en  la peor madre dictadora. Ahora, que no tienen trabajo y que han perdido el vigor de la juventud,  son tratados como torpes niños, objetos estorbosos en casa o en casos extremos, ignorados por completo en su propio hogar.  

La cultura machista también les lastima a ellos pues les otorga el lugar de proveedores, guías de la tribu e insaciables sexuales. Cuando algo de ello falta, las mujeres quienes resultan ser propagadoras del machismo, estructura de poder, comienzan a descalificarles y a desecharles.

Los  hombres víctimas de violencia de genero están sumergidos en el silencio de sus casas. Salen poco, dejan de arreglarse, pierden el animo de la vida, pasan los días callando para intentar no discutir. 

Son los que pagan pensiones millonarias a tiranas ex esposas, los que fueron despojados de una buena imagen ante sus hijos, de la mitad de sus bienes y sobre todo de su dignidad humana. Enfrentan su situación en soledad y sin confesársela ni si quiera a sí mismos, pues si hozaran quejarse serían ellos señalados como culpables. Las leyes no les protegen, la sociedad se burla y las mujeres abusan con total impunidad.  

Son hombres acabados y son hombres apagados.  

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