miércoles, 18 de mayo de 2011

MATIZ

Por: Kristina Velfu

México es un país sumamente racista y sinembargo xenófilo. Se desprecia y se aprecia de acuerdo al color de los ojos y el tono de la piel.

Cuando nace un bebé lo primero que se pregunta es si tiene los ojos azúles y se elogia hasta el cansancio a quien nace con con el cabello rubio. La prietud y el color obscuro no son símbolo de belleza.
Pero, al mismo tiempo, es siempre bien aceptado un foráneo, un extranjero, un refugiado, un viajero, un extraño... y si es rubio: Mejor.
Al mexicano los extranjeros le causan cuiriosidad. Tiene ganas de mostrarle quien es, tiene ganas de compartirse y de descubrirse en el intento. Es hospitalario, tolerante, dadivoso y suele admirar todo lo que no sea propio y que cree no tener.
Es común escuchar expresiones llenas de aceptación y pleitesía como "Se casó con un italiano", "Es de orígen español" y "Es guapo, rubio y de ojos azueles" y expresiones despectivas y de desagrado como "Que indio", "Super prieto" y "Te vas a poner negro de coraje"...
Encontramos entonces la paradoja de ser racista y xenófilo al mismo tiempo. Claro xenofilo: no con todos.

Quizá el hecho esté correlacionado con que en México la mayoría se ve del mísmo color y de la misma razá mestiza. El cobre predomina bajo el sol que alumbra el "cuerno de la abundancia".
No es común ver personas de otra raza en las plazas y calles, ni siquiera en la Gran metrópoli que es la Ciudad de México.

En contraste: España y su muy peculiar forma de nombrar la vida dentro de los límites de lo políticamente correcto se jacta de ser un País incluyente y cosmopolita. Abierto y considerado con los extranjeros.
En efecto sus plazas y calles estan plagadas de voces que no se entienden entre sí. Son muestrario de la diversidad humana. Lugar de encuentro de personas provenientes de todos los puntos del planeta. Pero no por ello aceptados por la sociedad española que silenciosamente les rechaza, les separa, nunca les acepta y de ser posible les ignora. Son múltiples las expresiones de asco y menosprecio que manifiestan cuando creen que nadie que pueda criticarles les escucha. "Los negros dan miedo", "Comprar cosas en el chino da alergia y no duran", "Los sudacas son lentos" y de los moros, mejor ni hablamos...
Son xenofóbicos y racistas al tiempo, pues no es sólo a los extranjeros y a los migrantes a quienes rechazan sino también a los de Huelva, a los Andaluces y a los Canarios...
Si se es catalán a los castellanos y si se es castellano a los catalanes.
Eso sí a los alemanes y a los estadounidenses se les respeta y punto.

La humanidad nunca ha sido suficientemente racista como para no mezclarse, ni suficientemente incluyente para encontrar en la diversidad la riqueza.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu punto de vista :) y comparto muchos de ellos

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  2. Creo que voy a recordar bastante tiempo la conclusión, me ha gustado. El texto y tu opinión también son muy buenos, más aún por el punto desde el que lo puedes ver.
    La salvedad es que me han brincado algunas cosas, pero ha de ser porque a veces nos cuesta escuchar ciertas verdades y enfrentarlas. Ya pensándolo se suavizan. En final, te seguiré leyendo y aprendiendo.
    Suerte
    Gerry Tello

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