miércoles, 29 de junio de 2011

Ritos y rituales, lo viejo y lo nuevo.

Todos los ritos se modifican con el transcurso del tiempo, de eso no hay duda, pero algunos rituales no han cambiado tanto y otros han sido del todo abandonados. En la época moderna, se desdibujan, sin embargo, muchas de las formas tradicionales de comunión, la hora de la comida dejó de ser un momento de encuentro entre familias y se volvió un terrible requisito que es necesario cumplir, la gente come porque debe hacerlo, y lo hace viendo la televisión, a solas, o simplemente ignorando a sus compañeros de mesa, porque, al fin, hay cosas más importantes que hacer. Las ventas comerciales de temporada pertenecen al nuevo grupo de lo que hay que hacer, con tal de seguir la moda, atrasada claro, porque quienes sí tienen acceso a las trends adquieren la mercancía una temporada antes de su lanzamiento oficial, se trata para ellos de imponer moda, para el resto, seguirlos...
La muerte es, con diferencia, el más solemne de los ritos, hay quienes dedican su vida a temerla y quienes han encontrado en ella un negocio, al preparar a la gente para su innevitable fin (tanatología), nos hemos inventado una manera de suavizar el terrible momento de descenso del ferétro cremando los cuerpos, incluso podemos volver las cenizas diamantes, volviendo duradero un cuerpo que alguna vez perteneció a un ser querido; afortunadamente los mexicanos hemos tenido la tradición, algo cambiada pero sobreviviente, de burlarnos de la muerte e invitarla a una fiesta anual...la modernidad no ha pasado por nuestro hilarante sarcasmo....Aunque siempre existirán versiones más épicas y llamativas, quién puede, por ejemplo, ignorar la romántica imagen del fuego vikingo abrasando el cuerpo a la mitad del océano, esperando que los hijos de Odín concedan al difunto el honor de llevarlo un punto más arriba en el Yggdrasil...
Otro rito importante es el cambio niño a hombre y niña a mujer, antes se sellaba, según la cultura, con danzas, cacerías, en fin, rituales poéticos que representaban el paso de la vulnerabilidad a la fuerza, de la familia a la pareja, ahora basta con "perder la virginidad" y salir a un bar...la transición ha perdido su fuerza.
La vida, al fin y al cabo, pasa y cada grupo encuentra algo que hacer, desde la dependencia del recién nacido, pasando por la compulsión de consumir hasta la despedida más triste, la vida está llena, en el medio, de ritos sin mucho significado para los demás, se perdió la hegemonía según la cual, la transición de la infancia a la adultez, el matrimonio y la muerte eran ceremonias de las cuales participaban todos los miembros de la sociedad, ahora quedan limitadas a grupos, y aparentemente, los rituales son más un requisito de pertenencia que un símbolo de los valores sociales. Ello no necesariamente es malo, pero vivimos en la época en donde el más importante de todos los ritos es, por supuesto, relativizar el sentido de las cosas...

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