miércoles, 10 de agosto de 2011

INEVITABLE ES ENCONTRAR UN DESENCUENTRO

La palabra ENCUENTRO refiere siempre a la palabra unión. A veces tiene algo de planeado y otras, las mejores, algo de fortuito. Los encuentros de la casualidad son más ENCUENTROS, que las citas masivas a las que solemos llamar "Encuentros". Pero no cualquier casualidad es un encuentro, pues los ENCUENTROS modifican el estado previo a ellos.
Por ejemplo mirar descuidadamente por la ventanilla del metro en la Ciudad más grande del mundo y ver a tu maestro de estadística es una casualidad, pero toparse con un viejo amigo en una conferencia en otro continente es un ENCUENTRO.
ENCONTRARSE significa que habrá un cambio entre ANTES y DESPUÉS, un cambio que implica UNIÓN.
No es lo mísmo decir "frente al mar será nuestro próximo ENCUENTRO" que "la cita será en la playa"...
Podría parecer que el concepto es -positivo- pero no siempre lo es: uno puede ENCONTRARSE CON LA MUERTE cualquier día. En este ejemplo podemos reconocer la fuerza que implica un ENCUENTRO sobre todo su calidad de inevitable.
El DESENCUENTRO es lo opuesto respecto a la unión, pero es exactamente lo mísmo respecto a lo inevitable.
Un DESENCUENTRO es una separación.
Buñuel, cieneasta surrealista de orígen español, gustaba de contar una anécdota universal de un par de amigos que pasan 20 años sin verse por motivos de fuerza mayor, en cuanto tienen la oportunidad de provocar el ENCUENTRO, uno toma el primer tren para verse con el otro. Cuando llega, después de saludarse, permanecen en silencio: ya no tienen nada en común. Decepcionados se despiden.
Éste es un DESENCUENTRO: inevitable, duro, terrible...
Paradójicamente DEJAR es a veces ENCONTRAR...

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