jueves, 26 de mayo de 2011

Acampar en Sol, Caminar 3 días hacia DF, Lanzar piedras en Gaza... ¿Quienes son?

Tengo la idea de que mi generación es de lo más ochentera y "americana" del mundo, nacimos del lado que "ganó", aquí la caída del muro significó una escena televisiva y si acaso una que otra lágrima de nostalgia, al otro día despertamos y ya habíamos perdido todo el amor por los ruskies. De modo qué... crecimos instalados, creyéndonos parte de "El camino", lo que quedaba no se podía ya cuestionar desde el sacrosanto Presidium del Sóviet Supremo de la URSS, si acaso... se podía discutir democráticamente bebiendo coca cola en el McDonalds de la Plaza Roja.
Sospecho que nos viene muy natural el individualismo, bajo la premisa de "cada quien hace lo que se le da su regalada gana", adoptar compromisos honestos con voluntades colectivas, se convirtió cada vez más en un cliché o un sueño guajiro.

No somos más esos guerrilleros latinoamericanos, pasionales e antiimperialistas, definitivamente no. Insistimos tanto en escenificar el sueño revolucionario que terminamos por descubrir sus más grotescos rasgos de pesadilla. El sistema mismo construyó reservas para combatientes:: "románticos y fumadores... a escoltar tojolabales en las montañas", las resistencias se convirtieron literalmente en caracoles... pequeños, babosos, hermafroditas, comestibles, autorreferenciales y lentos.
Pero el hecho de que ni yo, ni otros millones de jóvenes seamos "El Ché y Tania la guerrillera", no quiere decir que seamos estúpidos, acríticos, o conformistas. Existe en nosotros, como existió en las generaciones anteriores, y quizás desde siempre, esa capacidad de darnos cuenta y construir esperanzas, en el último de los casos, un Síndrome de Fourier que nos impulsa a reaccionar continuamente ante "el mundo tal como es". También somos seres humanos que aman, anhelan, detestan, subjetivan y saben gritar "Ya basta".
Pero no sólo eso, la lucha en nosotros, tan aparentemente educaditos viendo Plaza Sésamo y comprando chácharas en Zara, está introyectada de manera distinta, de manera inédita diría yo, quizás menos profunda pero mucho más creativa y extensa, salta desde facebook, hackea a Santander, y atraviesa lo que comemos y lo que compramos. No sólo tomamos el espacio público... acompañándonos desconocidamente, no sólo gritamos o callamos con pancartitas y velas. Diseñar otro mundo, hoy significa decidirlo en cada instante, la resistencia deviene imaginación, no es sólo un "muerra el capitalismo...", no buscamos obsesivamente el antagonismo, empezamos a interesarnos por el Otro, ser distintos ya no implica un camino único, ser un nuevo "nosotros" significa nombrarlo y serlo aquí y ahora, en acto.

Me niego a sentirme sorprendida ante las movilizaciones del mundo, me gusta pensar que ante semejante crisis de... TODO, no tendría porque ser diferente.

1 comentario:

  1. Buenas tardes. Venía a abolir el capitalismo. - ¿Tú y cuántos Marx?

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